Cascajo de Arriba vs Cascajo de Abajo
Hoy quiero compartir una reflexión, que ya os aviso desde ya mismo de que es una reflexión en caliente y totalmente personal (así que no me lo tengáis en cuenta en un futuro :).
El caso viene de una ruta que publiqué con un error: aparecía asociada al municipio que no le correspondía. Dicha ruta se encontraba en medio de 3 núcleos de población cercanos entre sí, pero estaba dentro del término municipal de uno de ellos, que era diferente al publicado.
En base a esa ruta, de repente recibí un montón de mails: unos comentándome el error de forma muy educada (¡muchas gracias por vuestra ayuda, gracias a vosotros somos mejores cada día!), y otros de verdaderos energúmenos que no tienen otra cosa mejor que escribir mails maldiciendo e increpando (vale, era un error, pero tampoco hace falta ponerse así!). A lo que voy es, que si es un error obviamente hay que corregirlo cuanto antes, pero tampoco creo que sea un error taaaan taaaan grave como para que nadie se enfade de esa manera: apenas un kilómetro más allá ya era terreno del muncipio nombrado. A los que aun se lo planteaban: no, no era ningún tipo de complot para favorecer a un municipio sobre otros ni nada similar, es un simple error de turista dominguero.
Con todo este lío me vino a la cabeza lo que nos gusta marcar las fronteras: nos encanta pintar líneas imaginarias para delimitar territorios. Pero os diré una cosa: a los turistas nos importa un pepino dónde acabe tu pueblo y comience el de al lado. Ya sé que a todos nos encanta defender nuestra patria chica, pero ¿por qué nos cerramos a marcar los límites de los municipios de esta forma y no promocionamos territorios más grandes? ¿no sería mucho más práctico? ¿no tenemos mucho más que ganar colaborando con los del pueblo de al lado? ¿realmente unos pocos kilómetros son una barrera tan infranqueable que hay que ir cada uno a su bola?
En muchas de las webs de casas rurales que consulto cuando planeo viajes cuentan lo bonito que es el pueblo donde está la casa ¿eso realmente creéis que es un buen reclamo? Los mayoría de los turistas cuando escogemos una región lo hacemos porque nos gusta el conjunto. Si voy a pasar 5 días a un lugar ¿acaso creías que los iba a pasar todos ellos sin salir de tu minúsculo pueblo? Seguramente saldré a ver toda la región de alrededor, y es eso lo que me tienes que intentar vender: una región más o menos amplia donde podré quedarme muchos días porque hay mucho por ver. Si sólo me enseñas tu pueblo pensaré que en un día ya he visto todo lo que había por ver allí.
Igualmente me resulta confusa la manía que tienen ultimamente los editores de las guías de turismo de mostrar por igual todos los municipios: una página en la guía por cada uno de los municipios. Desde hace unos años en todos los pueblos hay algo que tienes que ver y no te puedes perder. A ver, seamos realistas: tenemos que mostrar a los turistas aquello que realmente es valioso, esté en el municipio que esté, y si en un municipio no hay nada, no hace falta rellenar la guía con basura: eso genera confusión. Si, por quedar bien con todos, ponemos en las guías la fuente de Cascajo de Arriba (sin valor ninguno, pero es que hay que quedar bien con el alcalde), estamos confundiendo al turista. Irá a la fuente y pensará que si eso es una de las mejores recomendaciones de la guía, mejor se va a su casa. Mientras tanto, otros lugares espectaculares que le harían quedarse muchos más días en la zona pasan desapercibidos, porque los del municipio de Cascajo de Abajo ya han puesto una página que es lo que le tocaba y no cabe más.
En este caso, el valor de Cascajo de Arriba está en la zona en la que se encuentra, en el servicio que ofrece el alojamiento, o en la comida tan rica que preparan en su restaurante. Aunque para ver cosas interesantes tengas que ir 5 míseros kilómetros hacia abajo para llegar a tierras de Cascajo de Abajo al turista no le va a importar (he hecho cientos de kilómetros para llegar hasta aquí ¿qué me importa ir desde Cascajo de Arriba a Cascajo de Abajo?). El valor a transmitir es el de la región maravillosa en la que se encuentra, y luego aparte, cada municipio que se esfuerce en crear servicios de hostelería competitivos para alojar a esos turistas que van a ver el conjunto completo.
Hay que vender territorio: dejar de vender nuestro pueblo y pasar a vender nuestra zona. El competidor de una casa rural no es la casa de enfrente: el competidor más duro de una casa rural de Teruel está en Asturias, en Cuenca, o en Valencia… pero nunca en Cascajo de Arriba ni de Abajo.
No sé vosotros, pero yo no pierdo el tiempo decidiendo si voy a Cascajo de Arriba o de Abajo, sino decidiendo qué provincia es la más adecuada para mis próximas vacaciones (y luego, una vez decidido, escojo los alojamientos y restaurantes que mejor servicio dan o mejor se adaptan a mi presupuesto, estén en un municipio u otro).
Si la casa rural del pueblo de al lado está siempre llena, eso va a repercutir positivamente en tu zona (los turistas tenemos esa maldita manía de comprar pastas en un pueblo, artesanía en el de al lado, comer en el de más allá, … ) ¡alegráos cuando veais la casa de Cascajo de Abajo llena!. Lo que hace que tu casa no esté llena no es la casa de al lado, es el de una en una comarca a cientos de kilómetros de la tuya que sabe vender mejor su territorio y se lleva a los turistas potenciales de tu zona hasta la suya.
Tenemos que aprender a vender territorio, pero no el de mi término municipal, sino el de una zona más amplia: mi comarca, mi provincia, mi sierra, los 50 km a la redonda más cercanos (aunque una estúpida línea los separe sobre el mapa) … Si todos juntáramos los esfuerzos en vez de ir cada municipio por su lado, se podrían hacer campañas mucho más efectivas y que llegaran a mucha más gente. Competimos cada municipio con el de al lado, y mientras tanto no nos damos cuenta de que los turistas se nos van a otras provincias que han sabido cooperar juntas para hacer llegar su mensaje mucho más lejos y vender un conjunto. En la cooperación y venta conjunta de un valor añadido sobre el territorio está la clave. Nuestras comarcas y provincia tienen que saber andar de la mano si queremos crecer.
Los de Cascajo de Arriba van a tener que aprender a cooperar con los de Cascajo de Abajo si no quieren irse todos al carajo.